Samantha Ledezma
Fundadora / Propietaria / Directora Teatral / Actriz
CreArte Producciones ATX / TABÚ
¿Cómo nace tu negocio? ¿Cuántos años tiene tu negocio?
Tengo ejerciendo teatro desde hace diez años, mi compañía nace hace ocho años, de la necesidad de transformar mis tragedias en algo que sirviera para algo, entonces decidí convertir mi dolor en risas y darlo a los demás como un mensaje de que siempre podemos. Es un homenaje a la vida con todas sus consecuencias de vivirla.
¿Qué diferencia existe entre tu negocio original y el actual?
Durante la pandemia la escena del arte prácticamente desapareció, estamos intentando retomar el camino y volver a crear. Es casi como volver a empezar, con la diferencia que ahora no lo hacemos desde cero, hemos ido construyendo un público que nos apoya y una red de empresarios que nos sostiene con su colaboración.
¿Cómo te preparas para crecer o mejorar tu negocio/organización?
Lamentablemente aquí no hay mucho teatro en español para ver, y tengo que educarme en línea con proyectos de otros compañeros, en lo que sí pongo gran empeño es en seguir haciendo marketing personal, de eso depende que se vendan los boletos de una obra y con ello la posibilidad de seguir creando. Así que, no hay reunión, evento, a donde me inviten, que no asista, siempre estoy afuera hablando de lo que hago, invitando a la gente que nos acompañe.
Menciona una de las cualidades que te hacen más fuerte como emprendedora.
Autenticidad, el público lo aprecia y lo valora muchísimo, cuando eres auténtico y honesto con lo qué haces, es muy probable que te vaya bien.
¿Cuál es tu fracaso favorito?
Es el que me invento yo misma en la cabeza, un día se disfraza de “no voy a poder”, otro de “no soy buena en lo que hago”, luego de “tengo miedo” y así todo el tiempo. No acabaría de mencionar todas sus formas pero, es mi favorito porque todos los días tengo que enfrentarlo y la mayoría de las veces termino venciéndolo.
¿Cuentas con algún mentor/a?
Cuento con algunas personas que no son de mi industria pero, siempre están ahí para apoyarme cuando meto la pata o cuando me quiero echar para atrás, no soy de buscar ayuda ni de pedir consejo pero, ellas siempre han estado ahí para contenerme.
¿Cuál es el mejor consejo que has recibido?
Me lo dió un gran referente del teatro en mi ciudad y que ahora tengo la fortuna de llamar amigo; un día lo busqué para pedirle que viniera a Austin a hacer obras, le dije que yo quería poner una compañía y que aquí casi no había teatro, él me contestó: “Yo no tengo tiempo, hazlo tú, estás lista para hacerlo, crea tus propias oportunidades y no esperes a que vengan a invitarte a hacerlo”…
¿Podrías compartirnos un poco de tu rutina diaria?
En cuánto abro los ojos agradezco por lo que tengo.
Prendo una vela, incienso y medito un poco, luego me voy directo al café, contesto mensajes y escribo un poco si tengo alguna idea o algo que no quiero olvidar, desayuno, me alisto y salgo a hacer lo que corresponde al día, siempre depende de si estoy produciendo o no, eso hace la gran diferencia en todo porque puede ser que tenga ensayos, buscar vestuario, hablar con patrocinadores, eventos, y de más.
Si no estoy produciendo, pues entonces tengo un trabajo regular, lo que no cambia nunca son dos cosas, el ejercicio en algún momento del día y la llamada a mi madre todos los días.
¿Cómo manejas el tema del balance personal con el profesional?
Es muy complicado porque producir teatro implica estar en la línea entre la vida real y la fantasía. Los actores vivimos en ese paralelismo constante, cuando no estoy haciendo teatro generalmente soy muy aislada, salgo poco, no hablo mucho, digamos que tengo una vida muy común y ordinaria pero, luego viene la obra y es un verdadero alboroto. Son picos altísimos de estrés, caos, adrenalina y euforia.
Por fortuna acá no tengo familia, así que nadie tiene que vivir conmigo esos cambios.
Sin embargo, cuando todo termina salgo corriendo a encontrarme con mi familia, eso me aterriza mucho.
¿Cuál ha sido uno de los mayores retos de ser emprendedora?
Seguir creyendo en mí y en lo que hago a pesar de que el teatro agoniza… Es difícil porque no sólo es sostener un emprendimiento, es tratar con uñas y dientes de que no desaparezca el arte que cuenta la vida, que nos refleja de frente lo que somos como sociedad.
Está ciudad está abierta a pagar lo que sea por cualquier entretenimiento pero no así por un boleto de teatro. Aún así creo que soy privilegiada de que mi compañía siga en pie y ser favorecida con el gusto y el afecto del público que en cada obra nos acompaña.
¿Con cuántas personas cuentas en tu equipo?
Varía dependiendo de la producción pero contando actores, técnicos y producción, somos aproximadamente 15 personas.
¿Tienes algún pasatiempo? Platícanos de qué forma te ayuda.
Hago hiking, yoga, corro, bailo, cualquier ejercicio me ayuda muchísimo a aclarar mis ideas y a vaciarme. A veces tengo todo un libreto completo en la mente y eso ocupa demasiado espacio. Cuando quiero desprenderme por completo del teatro entonces escucho audiolibros, charlas, conferencias de cualquier tema, me sumerjo en otros mundos.
Un consejo que puedas aportar para nuestras lectoras emprendedoras:
Que si tienen la inquietud de emprender no esperen al mejor momento, a tener más dinero, a estar lista… Hay que empezar como se pueda y con lo que hay, sobre la marcha todo irá mejorando, la vida tiene formas misteriosas de ayudar a la gente que hace las cosas con el corazón.