Ana Laura de Santiago
Fundadora / Actriz / Directora y Productora Teatral
Teatro Espacio Agua Viva
Platícanos cómo nace tu negocio.
Mi compañía teatral nació en la ciudad de Delicias, Chihuahua, en 1986. Cuando regresé de la Universidad me di cuenta de que había una necesidad de expresión artística en mi ciudad. Había un hueco dentro del quehacer teatral, y me propuse formar mi propia compañía de teatro, formando a actores muy jóvenes.
¿Qué diferencia existe entre tu negocio original y el actual?
En realidad la diferencia más grande es el apoyo. Cuando vivía en México (particularmente en Delicias, Chiahuahua), yo recibí el apoyo de muchísima gente. Nunca tuve que rentar un lugar para ensayar, siempre me prestaban lugares. Una vez tuve un banco entero a mi disposición.
La otra diferencia es la gente misma que conforma mi grupo, ya que tengo gente de diversas partes no sólo de México, si no de Latinoamérica: El Salvador, Venezuela, Puerto Rico, Guatemala, en fin, esto ha enriquecido culturalmente al grupo en una forma maravillosa.
¿Cómo te preparas para crecer o mejorar tu negocio/organización?
Todas las noches me actualizo: leo mucho, veo mucho teatro (en línea, la mayoría), me contacto con gentes fabulosas que hacen teatro en otras partes del mundo y que gratuitamente me comparten textos, talleres, etc. Todo este conocimiento yo lo comparto con mis “chicos” (como yo los llamo), gratuitamente también. Además de ser actriz, mi principal rol es el de directora. Por lo mismo, tengo que estar actualizándome constantemente.
El grupo ha crecido casi por sí mismo, ya que una persona invita a otra, y así, pero de vez en vez ofrecemos talleres gratuitos para reclutar caras nuevas.
Menciona una de las cualidades que te hacen más fuerte como emprendedora.
El no rendirse ante un obstáculo, el creer en lo que haces. Creo que eso es algo de lo cual siempre me he sentido orgullosa. El escuchar un “no”, es un incentivo muy fuerte para mí cuando creo que estoy en lo cierto o lo que es justo. De otra forma, nunca hubiéramos sido el único grupo teatral que se haya presentado alguna vez en El Gran Mercado, antes de que éste fuera demolido.
¿Cuál es tu fracaso favorito?
Hay una obra a la cual le tengo particular cariño, y que fue la que me motivó a comenzar el grupo aquí en Texas. La primera vez que la monté, fue en inglés, con actores bilingües. La tradujimos al inglés en un intento de compartir la riqueza de nuestros dramaturgos mexicanos, pero se perdió mucho en la traducción. La primera noche fue un lleno completo, pero las siguientes no tanto.
Estuve pagando la renta del local por seis meses. Eso me hizo pensar: “zapatero a tus zapatos”, y regresar a lo mío, a mi idioma, y hacer teatro para mi gente.
¿Cuentas con algún mentor/a?
He tenido diferentes maestros a lo largo de mi carrera teatral, pero tuve dos que me enseñaron a amar el teatro y a mis semejantes, a quienes deseaban iluminar, no explotar. Ambos ya fallecieron, pero sus enseñanzas no. Hoy en día, como mencionaba antes, me nutro con libros, con los escasos talleres a los que tengo acceso en línea (ya que no hay talleres de teatro en Austin) y el intercambio que tengo con otros directores y productores.
¿Cuál es el mejor consejo que has recibido?
Esto lo leí de uno de mis dramaturgos y directores favoritos, Samuel Beckett: "Da igual. Intenta otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor". Ese es mi mantra. Es tener la ambición de ir por cosas más grandes, no importa si tropiezas. Levántate y vuelve a intentarlo.
¿Podrías compartirnos un poco de tu rutina diaria?
Me despierto a las 6 a. m. Medito todas las mañanas, al menos cinco minutos. Me gusta dedicar tiempo para mí exclusivamente cuando me levanto. Después de eso, hago un poco de yoga para estirarme y no anquilosarme (ya no tengo quince, LOL).
A las 6:30 a. m., me voy a correr a la pista de la escuela cercana, o si el clima no es muy bueno, lo hago en la caminadora del gimnasio. Regreso a casa, me doy un baño, tomo mucha agua (no desayuno), y me voy al trabajo (trabajo como paralegal). A la hora del lunch, me tomo un jugo de los que preparé el fin de semana y leo alguno de mis libros.
En la tarde preparo o caliento algo de lo que ya cociné el fin de semana, y cenamos mi hijo y yo. Luego dedico 30 minutos para limpiar mi apartamento. Tengo un calendario de limpieza, así puedo dedicar ese tiempo a un lugar a la vez. Si no tengo algún guión que leer, o algo que planear, leo un rato. Si tengo algo en puerta, dedico un tiempo para memorizar un texto, o planear una producción, o quizás una reunión con actores, etc. Más tarde aprovecho un poco para entrar un ratito al Facebook y enterarme de qué está pasando, y ya en la noche caminamos a mis dos perritos. Preparo lo que voy a ponerme al día siguiente y a la cama con un té de manzanilla a las 10 p. m., sin falta. Ahí es donde escribo en mi diario para reflexionar en los sucedido durante el día. Ahí es donde también sucede la inspiración para una obra nueva.
¿Cómo manejas el tema del balance personal con el profesional?
Mi vida sería muy estresante si no dedicara tiempo para mí misma cada día. Antes de empezar a meditar, llegaba muy cansada mentalmente de mi trabajo, sin ganas de nada. Es muy duro si no te dedicas tiempo a tí mismo, por poco que sea. Eso ha hecho una gran diferencia en mi vida personal, y eso se refleja en mi vida profesional, no sólo en mi trabajo diario como paralegal, si no también en lo artístico.
¿Cuál ha sido uno de los mayores retos de ser emprendedora?
Cuando la gente no cree en el valor de la cultura, o cuando nuestra misma comunidad te da la espalda. Como hispanos, siento que aún falta mucho para avanzar en ese camino de la solidaridad y el apoyo.
¿Con cuántas personas cuentas en tu equipo?
En la compañía de teatro ha pasado mucha gente, pero de quienes siguen ahí y hasta la fecha, somos 13 personas.
¿Tienes algún pasatiempo? Platícanos de qué forma te ayuda.
Mi pasatiempo (además de hacer teatro y leer), es salir a correr y/o salir con mis hijos los fines de semana, si no tengo alguna actividad artística. Es muy relajante salir con ellos y escuchar de sus vidas, dejar de lado por un rato el trabajo y las obligaciones y sólo ser y estar con ellos.
Un consejo que puedas aportar para nuestras lectoras emprendedoras:
No dejes que nadie determine tu éxito o fracaso en la vida. Ten siempre en la mira tus metas, y ya verás que el universo te pondrá a las personas correctas en tu camino. Pero lo principal es: sé siempre humilde. No olvides de dónde vienes, y de que formas parte de una comunidad. Sin esa comunidad, no eres nadie. Aporta, apoya, ayuda.